Azafrán

Una experiencia de altísima cocina. El ambiente es cálido y elegante, la carta es espectacular y cada plato está ejecutado con un nivel increíble de detalle. La atención acompaña perfecto toda la experiencia. Ideal para una cena especial.

Simplemente excelente. La comida ( menú La Finca), el maridaje , la atención de la camarera y la sommelier todo excelente. Atentas a todos los detalles. Una gran experiencia.

Excelente todo! Increíble experiencia.

La experiencia que vivimos la noche del viernes en Azafrán fue de otro plano. Desde que nos sentamos hasta que nos fuimos todo fue sorprendente! En resumen: experiencia única e inigualable, desde el lugar super cálido y tranquilo, una atención impecable sobre todo de la sommelier, maridaje de vinos exquisitos y una comida que fue obra de arte en estado puro, entrando por todos los sentidos. El precio vale lo que vivis en esa experiencia. Es cocina de autor, lei comentarios de que esperaban mas, cada quien va con sus expectativas y cada uno tiene sus propios gustos... en mi caso la recomendación es dejarse llevar, no hay manera de no recomendar vivir esta experiencia al menos una vez para luego querer ir una y otra vez. Si te interesa leer mas va el detalle. En detalle: hay que ir con reserva previa, en nuestro caso nos adelantaron en horario lo cual sirvió para disfrutar mas tranquilos a nivel tiempo. Al llegar a la puerta, hasta la 1era recepción no hubo nada sorprendente mas alla de la buena amabilidad de quienes nos atendieron incluido el personal de seguridad en puerta... fue un preludio con incertidumbre, ibamos con mucha expectativa (nos lo vendieron conocidos como "parada obligatoria"), nos dejamos llevar y esa es la clave, dejar que fluya. Nos sentamos, mesa hermosa, bien preparada, super limpia, la carta con historia y el menú nos deslumbró, alrededor un ambiente chico pero con detalles muy lindos tanto en techo como paredes... lo mejor del ambiente hasta acá el mueble con estantes con oliva y conservas de todo tipo que ya por el color y textura de cada una invitan a abrir sentidos. Reservamos menú de tres pasos con maridaje de finca, aunque de tres pasos no tuvo nada, por cada elección de vino, una copa mas linda que la otra, una historia contada por (peco de olvidadizo con nombres... Lorena, una genia total) y siempre acompañando una degustación o plato. No voy a dar detalle de cada plato porque seria interminable (ver las fotos de cada obra de arte), Tomás nos daba hasta el último detalle de cada preparación, atento en todo momento, en cada propuesta fue un viaje de sabores inigualable, un plato mas sabroso que el otro, el detalle de cada plato escogido, un detalle tras otro, emoción y felicidad pura en su máximo esplendor. Lo terminamos en la sala especial de guardado de etiquetas, un espacio delicado y hermoso. La pasamos increible, viajamos a Mendoza y en Azafrán haces "el viaje del viaje". Si llegaste hasta acá espero que te haya gustado, hay que animarse a compartir experiencias y cuando sobresalen de lo normal no está de más extenderse. Un aplauso para todo el equipo de Azafrán, brillante! Espero volver nuevamente!